El código ético no son más que unas normas o consejos que todo fotógrafo debiera tener en cuenta previamente a su actividad fotográfica en el medio natural, el respecto por las especies animales y vegetales que nos encontramos en nuestras localizaciones, así como la conservación del lugar dejándolo como lo hemos encontrado al llegar.
Como reporteros gráficos que somos normalmente buscamos plasmar la belleza del lugar de la mejor forma posible, ello debe servir también para concienciar al espectador de la gran importancia que tiene mantener nuestro medio natural, para seguir disfrutando de el tal como lo habíamos conocido en ocasiones través de imágenes.
La asociación de fotógrafos de naturaleza (AEFONA) nos resume el código ético en los siguientes diez puntos:
1º El fotógrafo de la naturaleza debe reflejar fielmente las situaciones naturales y evitar sufrimientos, perturbaciones o interferencias en el comportamiento de los seres vivos, teniendo como principal lema que la seguridad del sujeto debe primar sobre la obtención de una imagen. En el caso de fotografiar especies animales en cautividad, privadas temporalmente de libertad, manejadas o cultivadas, en caso de plantas, debe especificarlo.
2º El conocimiento amortigua los impactos. El fotógrafo de naturaleza no solo debe aprender las técnicas necesarias, sino que debiera esforzarse por documentarse y conocer el comportamiento, biología y requerimientos de la especie. Buscar el apoyo de personas experimentadas y perfeccionarse en este conocimiento debiera ser vocación de todo fotógrafo de naturaleza.
3º Debemos dar ejemplo con nuestras actitudes. El fotógrafo debe obtener los permisos pertinentes, especialmente en las áreas protegidas donde se desarrolle nuestra actividad. Asimismo resulta recomendable colaborar con la guardería local.
4ª El respecto y la conservación de la integridad del paisaje y sus valores patrimoniales (patrimonio arqueológico, formaciones geológicas, elementos minerales, etc.) debe prevalecer sobre la practica de la fotografía. Se evitara cualquier alteración o manipulación irreversible. No debemos dejar ningún tipo de residuo en la naturaleza. Las plantas también son seres vivos, que merecen toda nuestra consideración. Siempre es mejor apartar o sujetar ramas, que cortarlas o arrancarlas, aunque se trate de especies comunes. La vida es tan valiosa en especies escasas como en especies comunes. La ocultación de escondites y observatorios debe hacerse con ramas secas, balas de paja, materiales inorgánicos…
5º Una perturbación específica a evitar es la excesiva proximidad al sujeto, que produce estrés, intimidación, modificaciones de la actividad y, sobre todo, habituación a la presencia humana. El uso de reclamos sonoros con cantos de aves está especialmente desaconsejado en época de cría, por el impacto negativo que tiene sobre la avifauna.
El fotógrafo experimentado debe aprender a reconocer los indicios de estrés y evitarlos.
6º Hay que prestar una especial atención en las circunstancias en las que los seres vivos pueden ser más vulnerables, como época de nidificación, de muda del plumaje o ante condiciones meteorológicas desfavorables. Se desaconseja la fotografía de aves en sus nidos. La alteración del entorno de un nido y la presencia visible del fotógrafo o su equipo puede llamar la atención de otras personas o depredadores sobre el sujeto y debe evitarse.
7º No es aconsejable alimentar a la fauna salvaje para la realización de actividades fotográficas. Ya que puede crear notables alteraciones en individuos y poblaciones, introducir enfermedades y ocasionar accidentes o comportamientos no naturales. El uso de animales utilizados como cebos vivos, con su capacidad de escape limitada, es una práctica considerada como poco ética y que debe ser informada por el autor en la imagen.
8º No es practica recomendable extraer ejemplares de su hábitat o trasladarlos del lugar o circunstancias en las que se encuentren para tomar imágenes en otro lugar despejado o, incluso en estudio o terrario, ya que se produce estrés, se pone en peligro al animal y, además, no se documentan debidamente las circunstancias naturales en las que habita.
9º Los centros especiales donde se mantienen especies animales en cautividad tienen una normativa precisa para los visitantes que debemos conocer y cumplir. Algunas iniciativas priorizan la actividad económica sobre su inherente función educativa o el bienestar de los animales; Si acudimos a ellos estamos fomentando su explotación. En el caso de seres vivos el autor debe expresar claramente en qué condiciones y contexto obtuvo la imagen y si ésta procede de animales en cautividad o con su libertad restringida en algún modo.
10º La postura de los fotógrafos de naturaleza, de respecto y no intromisión en cualquier manifestación de la naturaleza, ha de ser argumentada y debiera ser objeto de divulgación a través de nuestras herramientas: Reportajes, exposiciones, audiovisuales… Ante cualquier infracción o situación indeseable, incluidas las actuaciones al margen de la legalidad vigente que pudieran realizar otros fotógrafos, debemos informar a las autoridades.